Esta sinopsis, refiere mi propuesta para la clase de Guión audiovisual, es una historia inspirada en el 'Fausto', en esas pruebas de la vida en la que somos capaces hasta de 'vender nuestra alma al diablo'....quien quiera que éste sea...
El último intento
Los Montiel Romero han estado en Machiques de Perijá diez generaciones, llegaron a esas agrestes tierras entre río Negro y el río Santa Ana para quedarse. Generación tras generación han convivido en ese estado fronterizo con los vecinos colombianos quienes entraron al país como ilegales en busca de oportunidades laborales, huyendo de la violencia, la guerrilla, y los paramilitares. Pero esta extensión territorial tiene dueños ancestrales, los Barí y los Yukpa, etnias herederas de los Chibchas y los Caribes que lograron perdurar en el tiempo.
Tuvieron que huir de los llanos y adentrarse en La Sierra como única salida , único escape a una historia marcada por el despojo, la miseria, el saqueo y el racismo. Astolfo Segundo Montiel Romero, vive allí, en la avenida principal de Los Ángeles del Tokuko, en el centro de Machiques, es el segundo de tres hermanos, sus padres fallecieron en un accidente de tránsito en la carretera Machiques-Colón viniendo una noche de Maracaibo, dejándoles muchas deudas y ninguna herencia, a pesar de que el viejo en sus buenos tiempos había trabajado en las procesadoras de leche de Nestlé y había logrado brindarles en su infancia una buena formación, el juego y las apuestas habrían de signar su futuro. Su hermano mayor, Hermógenes, había huido del calor de Machiques hacía muchísimo tiempo, logró emplearse en Barquisimeto y jamás había vuelto al pueblo salvo el día del velorio de sus padres. Luego del sepelio, volvió a huir.
Sixto, el más pequeño de los hermanos se había empeñado en demostrar que los extremos le eran buenos, vivía borracho, drogado y desempleado, cuando la urgencia lo requería se empleaba en alguna matera por un corto tiempo, para luego acabar de nuevo con su capital y con su hígado. Astolfo Segundo estaba casado con Cecilia Anane, una chica menuda de la etnia Yukpa descendiente directa de un Cacique, habrían consentido la boda, porque Astolfo había demostrado ser un hombre trabajador y responsable, llevaba trabajando en la venta de pasteles desde los 15 años y ya casi cumplía 30.
En la venta había conocido a Esmérito Anane, hermano de Cecilia, su mejor amigo y tío de lo más preciado que tenía, sus tres hijos, Astolfo Tercero, Aminta y Homerito. La vida de Astolfo segundo está a punto de cambiar, está destinado a perder todo por cuanto ha luchado. Tiene varios días sintiéndose enfermo en las mañanas, en las horas de mayor presión en el trabajo, su fatiga, el dolor en los huesos y los escalofríos lo acompañan, una mañana en el momento de despachar un “yoyo” ve caer en el mostrador una gran gota roja que salpica su delantal y al comensal. No quiere alarmar a Cecilia y acude al médico por el consejo y la anuencia de Esmérito, los días pasan pero el malestar sigue, los dolores en el abdomen no lo dejan conciliar el sueño. Llega el día de acudir al laboratorio por los resultados, los lleva al médico quien le dice solemne que tiene leucemia y que difícilmente pueda sobrevivir.
Decide junto a su cuñado no contar nada a su familia, comienza para Astolfo Segundo momentos muy difíciles y de incertidumbre por su futuro y el de su familia. Esmérito aprovecha al máximo esta situación, los conflictos entre los Yukpa, los Barí y los ganaderos están en un punto muy álgido, las etnias quieren defender sus tierras a como de lugar, los ganaderos sus inversiones, y a este conflicto se le suma la aprobación del gobierno para extraer carbón a cielo abierto en la Mina Paso Diablo, en plena Sierra de Perijá. Convence a Astolfo para que lleve a cabo un trabajo de sicario que le es encargado por su propio clan, ya que sospechan que los responsables de una expropiación y asesinato en uno de sus asentamientos estuvo a cabo de unos ganaderos de GADEMA. Esmérito le explica que debido a su enfermedad no tiene nada que perder y que por el contrario, con esa acción, podrá dejar a Cecilia y a los niños cómodos y protegidos. Astolfo acepta en nombre del amor que le tiene a Cecilia y a sus hijos, pero debe comenzar desde lo más elemental, entrenarse en las armas y en montar una moto. Comienzan así las escapadas y las excusas ante Cecilia para poder entrenarse, sigue su trabajo en la Venta para no levantar ninguna sospecha.
Acude todas las noches a una matera apartada, en donde el capataz y algunos otros hombres le sirven de entrenadores, instalan improvisados polígonos de tiro y gastan muchas balas. Astolfo no sabe si es por la adrenalina, por la ansiedad tan grande que siente, que sus dolores y sus achaques son cada vez menos notorios, el supone que es así en su fase terminal y asume que es la preparación para su designio final que es la muerte, en donde no sentirá nada. Ponen fecha a la primera misión, abre una cuenta en el banco y se cerciora de que ha sido cancelado el acuerdo, en ese momento poco le importa de donde proviene aquel capital, si es del cobro de vacunas, del narcotráfico de lo que sea, aquel hombre de bien se ha transformado producto de un duelo diario entre sus dos yo, en un hombre sin escrúpulos. Le dan los datos de la victima Fernando Rincón Morillo, le pasan información de los lugares que frecuenta. Astofo va tras él, pero falla, al encontrarse cerca del hombre, quien salía muy borracho de un bar y levantar la pistola, no ve un hueco en el piso, lo que lo hace caer de la moto y salir volando, él por un lado, la pistola por otro y la moto por otro. Su primer intento fallido, con las consecuencias de un tobillo lesionado, un arma perdida y las reparaciones de la motocicleta. Recibe las amenazas del clan a través de Esmérito, pues el dinero esta en su cuenta y el hombre sigue vivo. Primera vez que se pregunta Astolfo Segundo si estará haciendo lo correcto y ve ese hueco en el piso como una señal divina.
Con amenazas y temor transcurre la recuperación del tobillo de Astofo, quien ha inventado una historia torpe a Cecilia, quien constantemente lo interroga y cuestiona por su cambio de conducta. La fecha para el segundo intento esta dada, el 16 de julio son las festividades de La Virgen del Carmen patrona de Machiques, noche de fiesta, de celebración y borrachera en el pueblo, ideal para emboscar a su objetivo sin necesidad de la moto. Llegado el día, Astolfo sigue a Fernando quien siempre va acompañado, por putas, por capataces, por alcaldes, lo siguió durante la procesión esperando el momento justo, guarda su revolver en el bolsillo de una chaqueta que lo hace lucir extraño, ya que entre tanta algarabía y tanto calor zuliano su indumentaria desentona. Lo tiene a escasos metros, desenfunda la pistola entre el gentío y dispara, el sonido del disparo se funde con los fuegos artificiales de la plaza, Astolfo corre desesperado sin voltear atrás, sintiéndose orgulloso de haber logrado su objetivo. Llega a su casa y por primera vez en muchas noches hace el amor con Cecilia, la abraza fuerte y llora.
En la madrugada golpes en su puerta lo despiertan, es Esmérito, le pide que salgan a dar una caminata y en el callejón de enfrente lo esperan tres Yukpas mas que lo golpean. El objetivo sigue vivo, el arma se encasquillo y nunca se efectuó el disparo. La lucha emocional de Astolfo, el cuestionamiento entre el bien y el mal, las señales divinas que cree estar recibiendo lo llevan a un estado frenético y de locura, lo que hace que luego de varios reclamos, su jefe lo despida de la Venta de pasteles, se siente desesperado y jura que matara a Fernando así sea con sus manos, la presión que ejercen todos esos hechos modifican aún más al dócil, afable y trabajador Astolfo. Desesperado pide su última oportunidad a los Yukpas, acuerda con ellos hora, fecha y lugar prometiendo no fallar.
Fernando Rincón Morillo esta inocente absolutamente de que su vida corre peligro, esta muy involucrado en la Comisión de demarcación de tierras Barí –Yukpa. Sus materas son una herencia familiar que le proporciona una vida cómoda y próspera gracias al procesamiento de la industria láctea y quesera. No ha tenido escrúpulos para jugar el doble juego, ante la comisión y el pueblo de Machiques es un hombre justo y de ley, ante los indígenas un corrupto despiadado. La ambición de tener más y más tierras es lo único que le quita el sueño.
Astolfo acude al lugar señalado se esconde en la parte de afuera del local y espera que la madrugada y la borrachera haga salir a Fernando, escucha la puerta y se pone de pie presto a disparar, da algunos pasos al frente para poder ver mejor y comienza la balacera, los disparos salen de todos lados, Astolfo corre, se esconde, dispara, se da cuenta de que los Barí están haciendo lo propio en contra del ganadero, pero esta vez debe cerciorarse de que cumplió el objetivo, sale de nuevo a la luz y es alcanzado por un tiro en el estómago, cae y arrastrándose se dirige hacia el lugar en dónde momentos antes estaba parado Fernando Rincón Morillo, lo ve bien ensangrentado, sin respiración, inerte y se da vuelta mirando el cielo , sonríe, pues ahora si no sentirá dolor.
La noche acaba y da paso a la mañana, como a las nueve de la mañana, tocan la puerta y Cecilia corre con Homerito en brazos para abrir, un muchacho, que le es familiar pero no sabe de donde, se encuentra de pie en el umbral le informa que trabaja en el laboratorio y le viene a avisar que cometieron un error, una equivocación y le entregaron los resultados de otro cliente a su esposo.
Tuvieron que huir de los llanos y adentrarse en La Sierra como única salida , único escape a una historia marcada por el despojo, la miseria, el saqueo y el racismo. Astolfo Segundo Montiel Romero, vive allí, en la avenida principal de Los Ángeles del Tokuko, en el centro de Machiques, es el segundo de tres hermanos, sus padres fallecieron en un accidente de tránsito en la carretera Machiques-Colón viniendo una noche de Maracaibo, dejándoles muchas deudas y ninguna herencia, a pesar de que el viejo en sus buenos tiempos había trabajado en las procesadoras de leche de Nestlé y había logrado brindarles en su infancia una buena formación, el juego y las apuestas habrían de signar su futuro. Su hermano mayor, Hermógenes, había huido del calor de Machiques hacía muchísimo tiempo, logró emplearse en Barquisimeto y jamás había vuelto al pueblo salvo el día del velorio de sus padres. Luego del sepelio, volvió a huir.
Sixto, el más pequeño de los hermanos se había empeñado en demostrar que los extremos le eran buenos, vivía borracho, drogado y desempleado, cuando la urgencia lo requería se empleaba en alguna matera por un corto tiempo, para luego acabar de nuevo con su capital y con su hígado. Astolfo Segundo estaba casado con Cecilia Anane, una chica menuda de la etnia Yukpa descendiente directa de un Cacique, habrían consentido la boda, porque Astolfo había demostrado ser un hombre trabajador y responsable, llevaba trabajando en la venta de pasteles desde los 15 años y ya casi cumplía 30.
En la venta había conocido a Esmérito Anane, hermano de Cecilia, su mejor amigo y tío de lo más preciado que tenía, sus tres hijos, Astolfo Tercero, Aminta y Homerito. La vida de Astolfo segundo está a punto de cambiar, está destinado a perder todo por cuanto ha luchado. Tiene varios días sintiéndose enfermo en las mañanas, en las horas de mayor presión en el trabajo, su fatiga, el dolor en los huesos y los escalofríos lo acompañan, una mañana en el momento de despachar un “yoyo” ve caer en el mostrador una gran gota roja que salpica su delantal y al comensal. No quiere alarmar a Cecilia y acude al médico por el consejo y la anuencia de Esmérito, los días pasan pero el malestar sigue, los dolores en el abdomen no lo dejan conciliar el sueño. Llega el día de acudir al laboratorio por los resultados, los lleva al médico quien le dice solemne que tiene leucemia y que difícilmente pueda sobrevivir.
Decide junto a su cuñado no contar nada a su familia, comienza para Astolfo Segundo momentos muy difíciles y de incertidumbre por su futuro y el de su familia. Esmérito aprovecha al máximo esta situación, los conflictos entre los Yukpa, los Barí y los ganaderos están en un punto muy álgido, las etnias quieren defender sus tierras a como de lugar, los ganaderos sus inversiones, y a este conflicto se le suma la aprobación del gobierno para extraer carbón a cielo abierto en la Mina Paso Diablo, en plena Sierra de Perijá. Convence a Astolfo para que lleve a cabo un trabajo de sicario que le es encargado por su propio clan, ya que sospechan que los responsables de una expropiación y asesinato en uno de sus asentamientos estuvo a cabo de unos ganaderos de GADEMA. Esmérito le explica que debido a su enfermedad no tiene nada que perder y que por el contrario, con esa acción, podrá dejar a Cecilia y a los niños cómodos y protegidos. Astolfo acepta en nombre del amor que le tiene a Cecilia y a sus hijos, pero debe comenzar desde lo más elemental, entrenarse en las armas y en montar una moto. Comienzan así las escapadas y las excusas ante Cecilia para poder entrenarse, sigue su trabajo en la Venta para no levantar ninguna sospecha.
Acude todas las noches a una matera apartada, en donde el capataz y algunos otros hombres le sirven de entrenadores, instalan improvisados polígonos de tiro y gastan muchas balas. Astolfo no sabe si es por la adrenalina, por la ansiedad tan grande que siente, que sus dolores y sus achaques son cada vez menos notorios, el supone que es así en su fase terminal y asume que es la preparación para su designio final que es la muerte, en donde no sentirá nada. Ponen fecha a la primera misión, abre una cuenta en el banco y se cerciora de que ha sido cancelado el acuerdo, en ese momento poco le importa de donde proviene aquel capital, si es del cobro de vacunas, del narcotráfico de lo que sea, aquel hombre de bien se ha transformado producto de un duelo diario entre sus dos yo, en un hombre sin escrúpulos. Le dan los datos de la victima Fernando Rincón Morillo, le pasan información de los lugares que frecuenta. Astofo va tras él, pero falla, al encontrarse cerca del hombre, quien salía muy borracho de un bar y levantar la pistola, no ve un hueco en el piso, lo que lo hace caer de la moto y salir volando, él por un lado, la pistola por otro y la moto por otro. Su primer intento fallido, con las consecuencias de un tobillo lesionado, un arma perdida y las reparaciones de la motocicleta. Recibe las amenazas del clan a través de Esmérito, pues el dinero esta en su cuenta y el hombre sigue vivo. Primera vez que se pregunta Astolfo Segundo si estará haciendo lo correcto y ve ese hueco en el piso como una señal divina.
Con amenazas y temor transcurre la recuperación del tobillo de Astofo, quien ha inventado una historia torpe a Cecilia, quien constantemente lo interroga y cuestiona por su cambio de conducta. La fecha para el segundo intento esta dada, el 16 de julio son las festividades de La Virgen del Carmen patrona de Machiques, noche de fiesta, de celebración y borrachera en el pueblo, ideal para emboscar a su objetivo sin necesidad de la moto. Llegado el día, Astolfo sigue a Fernando quien siempre va acompañado, por putas, por capataces, por alcaldes, lo siguió durante la procesión esperando el momento justo, guarda su revolver en el bolsillo de una chaqueta que lo hace lucir extraño, ya que entre tanta algarabía y tanto calor zuliano su indumentaria desentona. Lo tiene a escasos metros, desenfunda la pistola entre el gentío y dispara, el sonido del disparo se funde con los fuegos artificiales de la plaza, Astolfo corre desesperado sin voltear atrás, sintiéndose orgulloso de haber logrado su objetivo. Llega a su casa y por primera vez en muchas noches hace el amor con Cecilia, la abraza fuerte y llora.
En la madrugada golpes en su puerta lo despiertan, es Esmérito, le pide que salgan a dar una caminata y en el callejón de enfrente lo esperan tres Yukpas mas que lo golpean. El objetivo sigue vivo, el arma se encasquillo y nunca se efectuó el disparo. La lucha emocional de Astolfo, el cuestionamiento entre el bien y el mal, las señales divinas que cree estar recibiendo lo llevan a un estado frenético y de locura, lo que hace que luego de varios reclamos, su jefe lo despida de la Venta de pasteles, se siente desesperado y jura que matara a Fernando así sea con sus manos, la presión que ejercen todos esos hechos modifican aún más al dócil, afable y trabajador Astolfo. Desesperado pide su última oportunidad a los Yukpas, acuerda con ellos hora, fecha y lugar prometiendo no fallar.
Fernando Rincón Morillo esta inocente absolutamente de que su vida corre peligro, esta muy involucrado en la Comisión de demarcación de tierras Barí –Yukpa. Sus materas son una herencia familiar que le proporciona una vida cómoda y próspera gracias al procesamiento de la industria láctea y quesera. No ha tenido escrúpulos para jugar el doble juego, ante la comisión y el pueblo de Machiques es un hombre justo y de ley, ante los indígenas un corrupto despiadado. La ambición de tener más y más tierras es lo único que le quita el sueño.
Astolfo acude al lugar señalado se esconde en la parte de afuera del local y espera que la madrugada y la borrachera haga salir a Fernando, escucha la puerta y se pone de pie presto a disparar, da algunos pasos al frente para poder ver mejor y comienza la balacera, los disparos salen de todos lados, Astolfo corre, se esconde, dispara, se da cuenta de que los Barí están haciendo lo propio en contra del ganadero, pero esta vez debe cerciorarse de que cumplió el objetivo, sale de nuevo a la luz y es alcanzado por un tiro en el estómago, cae y arrastrándose se dirige hacia el lugar en dónde momentos antes estaba parado Fernando Rincón Morillo, lo ve bien ensangrentado, sin respiración, inerte y se da vuelta mirando el cielo , sonríe, pues ahora si no sentirá dolor.
La noche acaba y da paso a la mañana, como a las nueve de la mañana, tocan la puerta y Cecilia corre con Homerito en brazos para abrir, un muchacho, que le es familiar pero no sabe de donde, se encuentra de pie en el umbral le informa que trabaja en el laboratorio y le viene a avisar que cometieron un error, una equivocación y le entregaron los resultados de otro cliente a su esposo.